Es modelo de ejemplo ver como en ciudades vecinas, la conciencia de lo que significan los espacios verdes y la calidad de vida, les están dando un giro muy grande a estas urbes.
En esta ocasión nos referimos Ambato una ciudad que fue gravemente afectada por un gran terremoto y quedó destruida, la volvieron a parar; pero de una manera no tan armónica y organizada; sin embargo, el tiempo la misma ha ido recuperándose y ya no es aquel lugar poco agraciado, al contrario hoy cada vez es más turística y llamativa gracias al continuo trabajo de sus autoridades por mejorar todo el entorno de la ciudad y como lo hemos dicho, por esa obsesión de desarrollar espacios verdes y de sano espaciamiento para la ciudadanía, algo muy diferente a lo que ha ocurrido con esta ciudad, en la que al contrario todo lo verde parece estorbar a las autoridades y por eso, lo mandan a talar.
Ya son años, tal vez décadas en las que pedimos que se nos den nuevos espacios verdes y de sano esparcimiento, algo que parece imposible o no cabe en el pobre pensamientos de nuestras autoridades, como dice el dicho “ Dios da barba al que no tiene quijada”, esto parece que ha sucedido a los latacungueños, los que hemos estado rodeados de mucha naturaleza y rincones pintorescos, que hoy por nuestro descuido y quemeimportismo están desapareciendo y toda esa ciudad hermosa que conocíamos se está desmejorando por completo, sin que nadie haga ni diga nada por superar esta triste realidad. (O)