Preguntas incómodas

Hay preguntas que a muchas mujeres nos resultan imprudentes, insidiosas, insensibles y muy faltas de tino. Preguntas que, aunque quieran parecer inocentes, surgen por mera curiosidad, afán de conversación o son directamente por morbo. Por lo general, caen en los típicos estereotipos, vienen acompañadas de algún comentario (igual de insidioso) y lo único que provocan es malestar, incomodad e incluso dolor. Y es que todas al menos una vez hemos tenido que responderlas, pero desgraciadamente también las hemos hecho, siendo así parte del clásico círculo vicioso de prejuicios. E aquí unos cuántos ejemplos:

·      ¿Has subido de peso? Deberías hacer ejercicio o dieta.

El espejo, la balanza y la ropa me recuerdan a diario que he subido de peso, no es necesario que me lo digas. Sí hago ejercicio y me alimento de forma saludable, lo que no sabes es que tengo una enfermedad y consecuencia de ello es que subo de peso. Tu pregunta es grosera e hiriente, no hace más que recordarme que soy una gorda y que no valgo nada.

·      ¿Sigues soltera? Debes ser demasiado complicada, por eso no encuentras a alguien.

He pasado tantas malas experiencias amorosas que ahora no estoy dispuesta a estar con cualquier persona por el solo mero hecho de estar. Para tener una relación debe ser con quien haya entendimiento, respeto y amor. No significa que sea complicada, simplemente sé lo que quiero en mi vida. Además, mi tiempo sola lo disfruto en el trabajo, con amigos y estudiando. Aunque no lo creas soy feliz así, pero de nada sirve darte mi punto de vista, sé que a mis espaldas la gente me llama “solterona”.

·      Ya tienen una relación de mucho tiempo. Hasta viven juntos. ¿Por qué no se han casado? !Ya es hora!

 Sabemos que el matrimonio es un paso importante, pero por el momento no es nuestra prioridad. Nos amamos, disfrutamos de nuestra vida juntos y tenemos muchas cosas por hacer. Primero queremos culminar nuestras maestrías, trabajar, viajar y ahorrar para costear la boda que queremos.  Si tanto insistes en el matrimonio. ¿Es que acaso usted tú vas a pagar la fiesta? En fin, para que darte nuestras razones, para ti “estamos viviendo en pecado”.

·      ¿Y el bebé para cuándo? Apresúrate con los hijos, sino cuando los vean con niños van a pensar que son sus nietos.

Ansío con locura tener un bebé, pero desgraciadamente soy infértil. No sabes la cantidad de tratamientos, médicos y recomendaciones que hemos intentado. No sabes que en todo este tiempo tengo 3 embarazos interrumpidos y cada uno ha significado no solo dolor físico, sino un terrible tormento en mi alma. Sufro cada vez que veo niños jugando, una mujer embarazada, ropa de bebé o juguetes. Claro, que quiero tener hijos; pero no puedo, tu pregunta no hace más que recordarme mi dolor.

·      ¿En serio te vas a casar con él?  Pero si es alguien divorciado y además tiene un hijo. Es una responsabilidad demasiado grande. Piénsalo bien.

Claro que lo he pensado y justamente por ello estoy segura que me quiero casar. Es una excelente persona, un hombre trabajador y un buen padre. Soy muy feliz a su lado. El hecho, que haya tenido una relación previa que no resultó, no lo hace una mala persona. ¿Y el niño? No tiene ninguna culpa, es parte de nuestro hogar, lo quiero como si fuera mi hijo. Perdón porque mi relación no encaje en tu modelo ideal de familia, pero así somos felices.

·      ¿Y qué tal eres para cocinar? ¿Y eres buena para lavar los platos?

Soy la primera mujer ecuatoriana en ganar una medalla olímpica, los medios a nivel internacional me han llamado fuerte y poderosa. ¿En serio me vas a preguntar eso? Tengo muchas cosas por decir, como la falta de apoyo gubernamental que tenemos los deportistas, tantos obstáculos y retos que tuve que afrontar, mi experiencia en Tokio… Pero a ti solo te importa si sé cocinar y lavar los platos.  

administrator

Related Articles

Deja una respuesta

×