By Las tarifas por consumo de agua potable y alcantarillado en el cantón Salcedo encendieron el malestar ciudadano en las últimas semanas. María Ramírez, directora encargada de Agua Potable y Alcantarillado, confirmó que las oficinas de la Dirección recibieron un flujo constante de usuarios inconformes con los valores que reflejaban sus planillas.
Pese a que la reforma de la ordenanza fue sociabilizada meses atrás, los ciudadanos insistieron en que los precios resultaban elevados. La funcionaria aclaró que las tarifas varían según el tipo de usuario, ya que no es igual lo que paga una familia que solo habita su vivienda a lo que cancela un comerciante o un propietario que arrienda departamentos.
El cálculo del servicio de alcantarillado generó aún más polémica, ya que en algunos casos superó el valor cobrado por el agua potable consumida. Ramírez explicó que este cobro responde a un recargo del 70% sobre el volumen de agua utilizada, considerando el costo elevado que implica tratar el agua residual, en muchos casos, el sistema recibe no solo agua usada, sino también desechos sólidos, vísceras de pescado y residuos agrícolas, lo que encarece el proceso y deteriora las plantas de tratamiento.
La situación es particularmente crítica en la planta de tratamiento de la parroquia Mulliquindil Santa Ana, donde el caudal procesado ya superó la capacidad para la que fue diseñada. A esto se suma la descarga ilegal de residuos industriales, que saturan el sistema y generan malos olores y proliferación de mosquitos.
El Municipio destinó un presupuesto para ampliar esta planta de la parroquia de Muquil Santa Ana y anunció un plan para exigir a las actividades económicas que realicen su propio tratamiento de aguas residuales antes de descargarlas al sistema público.
La crisis se agravó tras el colapso de la planta de tratamiento que sirve a la parroquia de Antonio José Holguín, parte de Mulalillo y Panzaleo, un aluvión registrado el mes pasado en la parroquia Cusubamba afectó las instalaciones, dejándolas inoperativas.
Para restablecer el servicio, la Dirección contrató la repotenciación de la planta con un presupuesto de 46.000 dólares y un plazo de 90 días, al momento, las autoridades aplican un plan de contingencia, realizando un tratamiento primario básico mientras avanzan las obras.
La funcionaria subrayó que la Junta Parroquial colaboró en las tareas logísticas, aunque el contrato es financiado exclusivamente por el Municipio.
Frente a esta realidad, Ramírez hizo un llamado a la ciudadanía a utilizar el agua de forma consciente, ya que el sobreconsumo en ciertos sectores afecta la dotación en otros y contribuye al colapso de las plantas de tratamiento.
“Debemos ser responsables con el uso del agua, hay sectores donde se desperdicia y otros donde escasea”, expresó, mientras remarcó que quienes tengan dudas sobre sus planillas pueden acercarse a las oficinas para recibir una explicación detallada de su caso.
El uso indebido del alcantarillado, como la conexión directa de actividades agrícolas y la descarga de desechos industriales, seguirá siendo controlado mediante inspecciones y sanciones, aseguró la Dirección, las plantas de tratamiento, añadió Ramírez, fueron diseñadas para procesar aguas residuales domiciliarias y no industriales, por lo que su mal uso las pone en riesgo de colapso.
ERR.
