By El deterioro acumulado es la factura que ahora pagan los ciudadanos en forma de desvíos y nuevos cierres viales. El puente, símbolo de conexión y movilidad, presentó filtraciones, vibraciones inusuales y daños progresivos en su capacidad estructural.
A pesar de estas señales evidentes de desgaste, ninguna administración actuó a tiempo. Solo cuando la situación se complicó y necesitó intervención inmediata, se decidió avanzar con los trabajos pendientes.
Desde este lunes 1 de diciembre de 2025, el Municipio de Latacunga anunció que se vuelve a cerrar el segundo carril en sentido Occidente–Oriente para reemplazar las juntas de neopreno. Aunque se asegura que el proceso será técnico y buscará “minimizar la afectación al tránsito”, la ciudadanía vuelve a enfrentar congestión, desvíos y tiempos de traslado más largos.
Las acciones previstas que se realizarán serán la remoción del asfalto, instalación de nuevas juntas y reposición de la carpeta asfáltica, esperando que los trabajos se desarrollen lo antes posible.
Las autoridades sostienen que la intervención permitirá restablecer la estabilidad del puente, prevenir daños futuros y garantizar condiciones seguras de circulación. Sin embargo, la ciudadanía opina que estos trabajos deberían ser el resultado de un mantenimiento periódico, no de intervenciones de emergencia.
Mientras tanto, se informa que los trabajos se realizarán de forma secuencial, manteniendo el tránsito parcial y ajustando el cronograma según las condiciones técnicas o climáticas. El paso peatonal seguirá habilitado y el carril intervenido permanecerá cerrado, por lo que las autoridades solicitan tomar vías alternas para evitarse inconvenientes.
