I 28 de julio de 2024.-Fausto Montenegro Estrella, revive en sus líneas una semblanza de la vida cotidiana de su ciudad, ahora radicado en Quito y que recorre países. . El pujilense Fausto Montenegro Estrella, médico y coronel retirado del Ejército, describe la vida del alcalde José Alcides Arroyo Cabrera y el progreso que viene generando en el cantón San Buenaventura de Pujilí. Este coterráneo radicado en Quito y que recorre varios países, mira a su tierra natal desde su perspectiva de objetividad y cambio.
En su envío a diario La Gaceta, dejar ver sus recuerdos. ‘Me ubico en el pueblo de mi niñez, en sus calles rectilíneas que desprendiéndose de las laderas del Sinchahuasín se pierden por detrás del camposanto, conjunto de vecinos que con el lenguaje de sencillez y humildad supimos darle a la vida un simbolismo de respeto y esperanza.
Niños aún reunidos tras una pelota supimos darles cariño a las aulas de una escuela, de un colegio, haciendo de sus pupitres trincheras del conocimiento…César, Gerardo y Bolívar eran el único puñado de primos que como gotas de agua cálida se resbalaban entre los dedos de unas manos inocentes; me fui por que debía irme con la ilusión de trastocar la rutina, por torcer el destino que solo a los pudientes Dios les permitía ser grandes.
Mezclé mi humildad con mi constancia y entre el gemido de un adiós corporal de alguien que fallece y el llanto sonoro de un recién nacido fui tejiendo el frondoso árbol de mi profesionalismo; al margen siempre de fiestas y reuniones, tomado los senderos del campo, consumí con esperanza hojas y hojas, de libros y libros, entendí que mi inicial sacerdocio ahora cambiaba por un mandil blanco que me autorizaba a cambiar el lamento del dolor por una sonrisa de alegría.
El tiempo pasó y al retornar de un retiro largo de formación universitaria volví a los fueros de los CHIROS al caluroso seno de mis primos que ahora ya titulados como esposos, como padres, por allí apareció usted señor Ingeniero, que migró porque se sintió capas de ser algo más, de probar otras sociedades que moldeen su carácter y su futuro, aquella amalgama de conocimientos y experiencias forjaron una personalidad robusta para hacer de su vida y de su familia un ejemplo de trabajo honrado y tesonero.
Lo que hoy vemos en este Cantón, anclado en el vértice de una lánguida llanura es fruto de una planificación sincera, comenzando por el final, trazando esperanza en aquellos crónicamente destinados a la desventura, es mi costumbre decir mis criterios cuando tengo cerebros vivos y receptivos, de nada vale cantar sus atributos en su lejanía o cuando el creador señale su retorno algún segmento del universo.
Muy acertadas sus acciones, tienen esencia sus decisiones, vienen de gente proba, de manos limpias, de ilusiones hechas realidad, de sueños turbulentos de querer ver si tener en aquel momento bisos de poder y realización; espero con paciencia y es ahora el tiempo y el espacio para hacer lo que quiso hacer, el cantón como territorio y como sociedad son de su propiedad transitoria.
Cuídelos con celo acrisolado, materiales lo que guarda en la libreta de sus ilusiones para calles y avenidas para aquellos núcleos humanos que se pierden entre cebadales y árboles torcidos de eucalipto; allí también existen pujilenses huérfanos de todo, pero repletos de cariño sincero, la historia comienza a escribir sus primeras acciones y si en ese mismo desempeño edilicio otro Arroyo llenó los caminos del pueblo de figuras folclóricas, usted llénelos de cultura y de plantas ornamentales, que impregnarán de conocimiento y de belleza a cientos de niños que juguetean en sus veredas elegantes.
No tengo la oportunidad de conocerle, pero sus acciones públicas llenan mi cerebro de lo que usted es y puede serlo, como un pujilense más espero que mantenga su catalogado ritmo de servicio que para mí ya no es un ejemplo, pero será una enseñanza serena para quienes aún tienen un largo camino para transitar’, finaliza en su escrito personal Fausto Montenegro Estrella, nacido en el barrio Señor de la Buena Esperanza.