Pese a ello, los disfrazados cumplieron con la tradición en honor a la Virgen de La Merced, patrona de la ciudad. Desde tempranas horas, ciudadanos y devotos su ubicaron en varios sectores del cantón para dar inicio a una de las fiestas más representativas de la cultura latacungueña.
Las comparsas arrancaron alrededor de las 09:30 en el norte de la ciudad, cerca del estadio La Cocha. Con coloridos trajes y danzas, avanzaron hacia el primer punto del recorrido: los altares en honor a la Virgen, ubicados en el barrio El Calvario, donde los devotos realizaron oraciones y ofrendas.
Aunque persistía la incertidumbre por el paro convocado por el movimiento indígena, cientos de ciudadanos decidieron participar en la festividad, reafirmando el carácter religioso y cultural de la Mama Negra. Para muchos, la fe y la tradición se sobrepusieron a las tensiones sociales.
Los organizadores resaltaron que esta celebración requiere meses de preparación y que cada año es fruto del agradecimiento de los devotos a la Virgen de La Merced. Explicaron que las familias y asociaciones participantes asumen con orgullo la responsabilidad de mantener viva la tradición.
Este año, sin embargo, el recorrido fue distinto al habitual. Debido al cierre de varias manzanas del centro histórico, las comparsas debieron modificar sus trayectos. La distancia del desfile también fue menor en comparación con años anteriores, lo que generó una dinámica diferente en la celebración.
Los participantes y asistentes coincidieron en que la Mama Negra es la fiesta más representativa del cantón y del país, con un alto valor cultural. Para ellos, es una tradición que debe mantenerse a pesar de las dificultades y que constituye un símbolo de identidad para Latacunga y el Ecuador.
La jornada festiva continuará este 24 de septiembre con un nuevo desfile, que mantendrá la ruta y la extensión ajustada de este año. Los organizadores invitaron a la ciudadanía a sumarse y vivir la tradición con devoción, alegría y respeto a las costumbres.