Según hemos comentado, la denominada industria del turismo es un renglón importantísimo para el ingreso de divisas; constituye acicate para que otras actividades se desarrollen; requiere de políticas públicas, debidamente coordinadas y aceptadas por todos los actores -que de una u otra manera intervienen-, para que éstas tengan cumplida realización. Es una industria muy sensible, pues cualquier evento negativo endógeno o exógeno que aparezca, repercute en sus resultados de manera inmediata. Retomar la normalidad resulta cuesta arriba y demanda tiempo en reponerse.
El máximo dirigente de la federación de cámaras de turismo, ha venido sosteniendo que el turismo en el Ecuador ha caído significativamente debido a los cortes de luz, la inseguridad y el toque de queda, como factores principales. Siempre ha estado presente la demanda de apoyo a los gobiernos de turno. Al parecer, el problema va mucho más allá: depender solamente del Estado no se ve como una solución integral. En otros términos, los distintos actores deberían revisar sus estructuras internas a nivel de costos, puesto que éstos gravitan fuertemente en los precios y tarifas que se ofrecen al público. Lo anterior puede explicar el por qué nuestros vecinos tienen mejores indicadores.
Además, de manera urgente, tienen que considerar la conveniencia de realizar un replanteo serio de objetivos para el corto, mediano y largo plazo, con el propósito de ir recuperando espacios, clientes y posiciones en el mercado. Recordemos que hace no mucho tiempo, varios sectores económicos, incluido el de turismo, demandaban de los gobiernos para que tomen medidas encaminadas a eliminar imposiciones, trabas burocráticas etc. que afectan a esta industria. Varios de estos pedidos ya han sido atendidos.
Por muchos años, las quejas estuvieron dirigidas a señalar que el turismo no despega y se desarrolla, debido a que las autoridades aeronáuticas de entonces eran renuentes a otorgar permisos de operación, derechos de tráfico o aumentar frecuencias de vuelo a empresas extranjeras, entre otras razones. Razonaban que sólo defienden a las líneas aéreas nacionales. Pues bien, este escenario desapareció desde que el país adoptó la política de cielos abiertos en el campo internacional, y libertad de acceso al mercado internos.
Según el Foro Económico Mundial, el índice de desarrollo de viajes y turismo ubica al Ecuador en el puesto 80, de entre 119 naciones (los vecinos Colombia, en el 50 y Perú, en el 62). El informe señala que “a pesar del gran potencial de América Latina para el turismo impulsado por la naturaleza y el impacto socioeconómico positivo de esta industria, la región aún enfrenta varios desafíos clave”. Identifica, entre otros, a las condiciones de negocio y seguridad deficientes: incluye altos niveles de crimen y violencia organizada en varios países (el nuestro está con los más altos indicadores).
En el sector del transporte aéreo interno, es preciso que se tomen medidas para incentivar la demanda, más aún n se un operador salió del mercado. Como podrá apreciarse, hay mucho por hacer en materia de infraestructura, diversificación de oferta turística, promoción en otras latitudes, mejorar la imagen del país, para atraer visitantes. Es un gran reto que deben enfrentar todos los actores públicos y privados de manera conjunta