Desde la reapertura del mercado central San Miguel en Salcedo, el ambiente de incertidumbre y descontento ha marcado el ánimo de los antiguos comerciantes del lugar. Silvia Gualpa, exdirectiva y excomerciante de este mercado, expresa su frustración al no haber sido considerados para retornar al espacio y detalla cómo la falta de transparencia y planificación en el proceso de reubicación, ha generado insatisfacción en muchos de sus compañeros.
“Nosotros, como excomerciantes, esperábamos otra apertura, algo más organizado. Lamentablemente, el mercado reabrió sin notificación previa ni programación alguna”, menciona Gualpa, a pesar de las solicitudes presentadas ante el alcalde y el concejo municipal, los comerciantes afectados nunca recibieron una respuesta satisfactoria ni una propuesta para retornar a sus antiguos puestos.
Comenta que los pocos comerciantes que lograron reingresar al mercado lo hicieron tras participar en un proceso de licitación para obtener un puesto, algo que no todos pudieron hacer. “Muchos de los antiguos comerciantes, quienes tenían la esperanza de regresar, han perdido el interés, la infraestructura no se adecúa a nuestras necesidades; es un espacio que no favorece para nada la actividad comercial”.
El mercado central, cuya infraestructura fue construida en una administración anterior, ha sido señalado por su diseño poco funcional y costos elevados para los comerciantes, las autoridades actuales, sin embargo, han alegado que no pueden intervenir en la obra debido a restricciones impuestas por la Contraloría, esto ha provocado que el mercado no esté completamente ocupado y que gran parte de los antiguos comerciantes busquen alternativas de trabajo en otros puntos de la ciudad.
Para Silvia y sus colegas, la falta de solución es inaceptable, aunque la actual administración no fue responsable de la construcción, subraya que las autoridades deberían encontrar una manera de mejorar el espacio, “el señor alcalde debe dar respuesta a Salcedo, el comercio en el centro se ha deteriorado, y ahora muchos de nosotros estamos acomodados en otros sitios donde hemos construido una clientela que ya nos reconoce”, señala la comerciante.
A medida que pasan los años, la situación de estos vendedores se ha vuelto una característica del centro de Salcedo, donde, de manera improvisada, lograron establecer pequeños negocios en los que sus clientes habituales ya los identifican y prefieren por la calidad y trato cercano que ofrecen. Sin embargo, tanto Gualpa como otros comerciantes aún esperan que se brinden soluciones de fondo para que puedan trabajar en condiciones dignas y sin los obstáculos que actualmente les impone la infraestructura del mercado central.