El Club Real San Antonio Capos, conformado por un grupo de amigos de infancia del barrio, ha sido nombrado prioste mayor de la festividad del Príncipe San Miguel, una de las celebraciones más importantes de Salcedo; Diego Zapata, presidente del club, expresó su gratitud y orgullo al asumir esta responsabilidad, el nombramiento no solo representa un logro personal para los miembros del club, sino también un reconocimiento a la historia de amistad y solidaridad que los une desde hace casi tres décadas.
Durante el acto de entrega de ladignidad, Diego Zapata hizo un repaso por los inicios del club, el cual fue fundado hace 29 años por un grupo de niños que crecieron juntos en el barrio. “Somos un grupo de amigos que nos conocemos desde la infancia, y aunque algunos compañeros han emigrado, la noticia de este nombramiento los ha hecho sentir más cercanos a la familia del club, no importa la distancia, lo importante es que el corazón sigue latiendo por nuestro Príncipe San Miguel y por nuestra comunidad”, señaló Zapata con emoción.
El líder del club destacó que, a lo largo de los años, el espíritu de unidad y fe ha sido el motor que los ha mantenido juntos, más allá de los éxitos deportivos o los retos que han enfrentado; explica que ser priostes no es una competencia, es una demostración de fe, un compromiso con la comunidad y la voluntad de servir, son un grupo pequeño, están unidos de corazón y con la firme creencia que con la ayuda de San Miguel, podrán llevar adelante esta importante responsabilidad.
El compromiso del club fue formalizado con la entrega de un documento al párroco de Salcedo, padre Giorgio, quien, al recibirlo, enfatizó la importancia de mantener el verdadero significado de la festividad, “la palabra ‘compromiso’ a menudo suena a algo meramente civil, pero en este caso tiene una dimensión religiosa que va más allá de lo visible, no es solo una serie de acciones, sino un acto de fe que debe salir desde lo más profundo del corazón”, dijo el sacerdote.
El padre Giorgio aprovechó la oportunidad para destacar la relevancia de la festividad de San Miguel dentro del contexto de la provincia de Cotopaxi, resaltando que, a diferencia de otras parroquias donde la dimensión espiritual se ha diluido en festividades puramente folclóricas, en Salcedo todavía se preserva el sentido religioso que le dio origen. “En algunas parroquias, la fe ha quedado relegada, y lo que prevalece es la gestión festiva y el espectáculo, sin embargo, aquí en Salcedo, la devoción al Príncipe San Miguel sigue viva, y es crucial que no perdamos este valor tan profundo. Si lo hacemos, estaremos perdiendo la esencia misma de nuestra fiesta”, reflexionó el párroco.
El sacerdote también hizo un llamado a los priostes y a la comunidad en general para que trabajen en conjunto, no solo para organizar una festividad exitosa, sino para mantener el vínculo de fe que une a los habitantes de la parroquia, recalca una vez más que los priostes son animadores, no dueños de la fiesta, su labor es inyectar ánimo y vida a la celebración, pero siempre desde una actitud de servicio y humildad.