Jornada médica en Salcedo

Jornada médica en Salcedo

El cantón Salcedo inició el 2025 con un gesto de esperanza para sus habitantes al llevar a cabo una jornada médica que reunió a voluntarios y especialistas nacionales e internacionales en el Centro Geriátrico. Esta actividad, organizada por el Patronato Municipal en colaboración con la Fundación Hombro a Hombro y la Universidad de Indiana, Estados Unidos, permitió brindar atención gratuita a más de 200 personas en condiciones de vulnerabilidad.

Durante dos días, la campaña ofreció servicios en medicina general, pediatría, laboratorio, farmacia y optometría. Las jornadas no se limitaron a la cabecera cantonal, ya que también se extendieron a las parroquias rurales de Cusubamba y Mulliquindil Santa Ana, donde el acceso a servicios médicos es más limitado.

Según Verónica Paz, presidenta del Patronato, este esfuerzo refleja el compromiso de priorizar la salud y el bienestar de la comunidad. “Queremos empezar el año con prevención y atención a quienes más lo necesitan. Esta jornada no solo es un esfuerzo institucional, sino también un ejemplo de solidaridad y colaboración internacional”, afirmó Paz.

Mario Domínguez, coordinador de logística de la Fundación Hombro a Hombro, detalló que esta es la segunda vez que su organización trabaja en Salcedo, reforzando los lazos con la comunidad. “Nuestro objetivo es brindar servicios a personas de bajos recursos que no tienen acceso a atención médica primaria. Por eso hemos decidido regresar, fortaleciendo esta alianza con el Patronato y con universidades estadounidenses que se suman al compromiso”, explicó.

Los beneficiarios, en su mayoría adultos mayores, madres de familia y niños, destacaron la calidad de la atención recibida. María Lascano, habitante del barrio San Miguel en Mulliquindil Santa Ana, expresó su gratitud por los servicios ofrecidos. “Es el mejor regalo de Año Nuevo. Me atendieron por una gastritis crónica y problemas de visión. Los médicos son muy atentos, nos escuchan con paciencia y nos dan soluciones reales. Estoy profundamente agradecida”, comentó.

La entrega de lentes fue otro aspecto significativo de la jornada. Personas como Lascano recibieron gafas que mejorarán su calidad de vida. “Ahora puedo leer y caminar sin problemas. Este detalle no tiene precio, especialmente cuando uno no puede costearlo por cuenta propia”, agregó emocionada.

Para el equipo organizador, la logística y la coordinación fueron fundamentales para garantizar el éxito de la jornada. La atención se distribuyó en turnos que permitieron cubrir un promedio de 100 pacientes por día, optimizando recursos y asegurando un trato personalizado. Los voluntarios y especialistas trabajaron de forma comprometida, demostrando que la atención médica puede ser humana y cercana, independientemente de las limitaciones económicas.

Por su parte, los líderes comunitarios enfatizaron la importancia de mantener este tipo de iniciativas en el tiempo. “La salud es un derecho fundamental que no debería depender de la situación económica. Actividades como esta nos recuerdan que, con voluntad y cooperación, podemos construir un Salcedo más justo y solidario”, mencionó uno de los representantes parroquiales presentes en el evento.

Además de la atención médica, la jornada sirvió como un espacio para fortalecer los lazos comunitarios y promover una cultura de prevención. Paz destacó que estas actividades no solo resuelven necesidades inmediatas, sino que también generan conciencia sobre la importancia de cuidar la salud de forma integral. “Queremos que la gente entienda que prevenir es mejor que curar. Estas jornadas son un primer paso hacia ese objetivo”, subrayó.

El impacto de la jornada médica no se limita a los beneficiarios directos. Según Domínguez, estas actividades inspiran a otras comunidades e instituciones a replicar el modelo. “Cada vez que hacemos una campaña como esta, vemos cómo se multiplican los efectos. Los mismos beneficiarios se convierten en promotores de salud, compartiendo lo aprendido y animando a otros a buscar atención”, dijo.

Aunque la jornada culmina mañana, los organizadores ya están planificando nuevas ediciones para los próximos meses, reafirmando su compromiso con los sectores más necesitados. Mientras tanto, los asistentes se marchan con una sonrisa y la esperanza de que estas acciones continúen marcando una diferencia en sus vidas.

En palabras de Lascano, “sin salud, no somos nadie. Que Dios bendiga a quienes hacen posible estas campañas. Nos han devuelto la confianza y las ganas de salir adelante”. Su testimonio refleja el impacto positivo de estas iniciativas, que trascienden la simple atención médica para convertirse en un ejemplo de humanidad y empatía.

Salcedo comienza el año con una lección: cuando las instituciones, la comunidad y los aliados internacionales trabajan de la mano, es posible construir un futuro más saludable y esperanzador para todos.

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