La historia de la Unidad Educativa “Rosa Zárate” de Salcedo es un recorrido de más de un siglo, marcado por el esfuerzo, la vocación educativa y la firme convicción de dignificar a la mujer salcedense a través del conocimiento. Esta emblemática institución nace el 19 de junio de 1906, con el propósito inicial de formar a la mujer en artes, oficios y manualidades, centrando su enseñanza en los saberes prácticos como la costura, que respondían a las necesidades del hogar y de la vida cotidiana.
Desde su origen, el plantel lleva el nombre de Rosa Zárate, heroína quiteña de la independencia, símbolo de valor y sacrificio, cuya vida y la de sus hijos fueron ofrendadas por la causa de la libertad. Este gesto no solo honra su memoria, sino que establece desde el inicio un vínculo profundo entre la educación y los ideales de justicia y emancipación.
Durante sus primeros años, la escuela femenina Rosa Zárate no contaba con una sede propia. Fue el vecindario de San Miguel el que, con generosidad, ofreció espacios físicos temporales para su funcionamiento. Entre sus primeros lugares de actividad se mencionan casas particulares como la de la familia Medina, ubicada frente al parque entre las calles Bolívar y 24 de Mayo, y posteriormente la casa de la familia Dávalos, entre las calles Abdón Calderón y Rocafuerte.
La búsqueda de un espacio propio se concretó gracias a un acuerdo estratégico entre el director de la escuela Cristóbal Colón, Paulino Ramón Tamayo, y la directora de la Rosa Zárate, Enriqueta Velasco. La escuela femenina cedió la construcción de baterías sanitarias a cambio de un pequeño terreno colindante, donde se levantó una infraestructura modesta que le dio mayor estabilidad institucional.
Un hito importante ocurre en 1949, cuando Enriqueta Velasco, durante una visita del presidente José María Velasco Ibarra a Salcedo, gestiona y consigue un presupuesto estatal para la construcción de una casa funcional para la escuela, con el compromiso del Ilustre Municipio de Salcedo. Este hecho marca el inicio de una nueva etapa para la Rosa Zárate, consolidando su presencia física y educativa en el cantón.
Con el paso del tiempo, la escuela dejó de ser exclusivamente femenina y adoptó el modelo mixto, ampliando su cobertura formativa a niños y niñas del cantón. Su planta docente, inicialmente compuesta solo por mujeres, contó con maestras destacadas como Dorila Zurita, Clara de Mata, Gloria López, Arcelia Germán, Raquel Alarcón y Marina Córdova Roberth, y más adelante con directores como Ramiro Muñoz y Mario Mayorga Abril, quienes dejaron una huella imborrable en la comunidad educativa.
La Rosa Zárate no solo ha sido un espacio de formación académica, sino también un bastión cultural y social que ha acompañado el desarrollo de Salcedo. Su legado continúa vivo en cada generación de estudiantes, docentes y familias que han construido su historia con compromiso, memoria y amor por la educación. La historia de la institución, sin duda, sigue escribiéndose cada día.
El 29 de mayo de 2007 marcó un hito histórico en la trayectoria de la comunidad educativa “Rosa Zárate” de Salcedo. Ese día se dio el traslado oficial desde la antigua casona, símbolo de una época de limitaciones e incomodidades, hacia un nuevo y moderno edificio que representa el salto hacia una educación acorde con los avances científicos y tecnológicos del siglo XXI. Este cambio significó no solo una mejora en infraestructura, sino un avance en dignidad, amplitud y condiciones para el desarrollo integral de los estudiantes.
El nuevo plantel ofrece aulas funcionales, laboratorios conectados a Internet, amplias áreas verdes, patio cívico y canchas múltiples que permiten actividades recreativas inclusivas. Esta transformación permitió a estudiantes y docentes vivir una experiencia educativa diferente, en un ambiente de comodidad y libertad, favorable para el aprendizaje y la convivencia armónica.
Posteriormente, el 4 de diciembre de 2015, mediante resolución N° MINEDUC-CZ3-2015-00156-R, se formalizó la creación de la Unidad Educativa “Rosa Zárate” con la fusión del ex Colegio Pastora Iturralde y la centenaria Escuela Rosa Zárate. Actualmente, esta institución se ubica en el barrio Rumipamba de las Rosas, frente al Parque de la Familia. Su misión es formar integralmente a sus estudiantes con calidad y calidez, mientras que su visión apunta a consolidarse como una institución referente en el cantón Salcedo, que promueve la excelencia y responde a los desafíos de la ciencia, la tecnología y las necesidades de su entorno social.
La unidad educativa ofrece los niveles de Educación Inicial, Educación General Básica y Bachillerato General Unificado, distribuidos en dos jornadas. En el periodo lectivo 2019-2020, contó con 873 estudiantes en la jornada matutina y 728 en la vespertina, con un plantel docente compuesto por 63 profesionales comprometidos con una enseñanza de calidad.
El ideario institucional se enfoca en objetivos estratégicos como fortalecer la calidad educativa alineada con los estándares del Ministerio de Educación, fomentar destrezas éticas y científicas en los estudiantes, consolidar procesos de inclusión para personas con necesidades especiales y promover el crecimiento profesional del personal educativo.
Sus principios se sustentan en valores fundamentales como la inclusión, equidad, libertad, democracia, reflexión, creatividad y felicidad. Estas bases permiten a la institución ofrecer una formación integral, donde se respeta la diversidad, se promueve la participación activa y se fortalece el pensamiento crítico y la expresión innovadora.
En cuanto a los valores que guían la convivencia institucional, destacan la identidad, honestidad, solidaridad, respeto y responsabilidad. Estos principios buscan formar ciudadanos conscientes, comprometidos con su entorno y capaces de afrontar los retos del presente y del futuro.
En síntesis, la Unidad Educativa “Rosa Zárate” se presenta como una institución moderna, inclusiva y comprometida con la formación integral de la niñez y juventud salcedense, en un ambiente donde la educación es sinónimo de dignidad, innovación y progreso comunitario.