Latacunga, una de las ciudades de eminente figuración en el devenir histórico de la Patria, celebra el día de hoy 205 de su emancipación política, hecho que de suyo tiene la trascendencia de un acontecimiento extraordinario y de hondas repercusiones en el corazón y el espíritu de los ecuatorianos.
Así también debemos resaltar que hace poco recibió el honor de ser sede temporal del Gobierno del Ecuador, abriendo sus puertas al Poder Ejecutivo en pleno y constituyéndose en un emblema de la defensa de la democracia y del orden constituido a nivel nacional.
Conmemorar en esta ocasión el 11 de Noviembre no tiene únicamente el significado de contar el tiempo, a través del cual la llama de nuestros sentimientos cívicos ha permanecido enextinguible; es también someter a examen el patriotismo de las nuevas generaciones, herederas de un pasado glorioso y evaluar qué se ha hecho en los 205 años transcurridos desde la fecha de la libertad.
De singular importancia es el papel que en las épocas de la Colonia y de la Independencia desempeñó Latacunga, estrechamente vinculada a los destinos de Quito, centro de la nacionalidad y origen del Estado Ecuatoriano. Esta realidad histórica le concede, por lo mismo, un honroso sitio entre las demás ciudades, todas ilustres por mil títulos.
Las excelentes condiciones geográficas de estos territorios, ubicados muy cercanamente a los de Quito, determinaron el que la actual Provincia de Cotopaxi pasara a constituir de inmediato la más valorada fuente de producción de entonces, en los variados campos de la agricultura y la ganadería, la industria y el comercio, dando asiento a una población española que, junto al progreso económico, no tardó en alcanzar el gran prestigio social y político que más tarde obraría en la presencia del pensamiento separatista y en la voluntad de obtener la independencia a cualquier precio.
En efecto, nuestra participación en el proceso libertario ecuatoriano fue activa, permanente y total.
Aquí, en esta tierra de insurgentes debieron nacer quienes intervendrían en innumerables jornadas, desde aquella que a Quito dio el merecido título de “Luz de América” hasta cuando la independencia quedó sellada en las faldas del Pichincha, pero habiendo cumplido antes, el 11 de Noviembre de 1920, con la misión de su propia libertad.
¿Después?… Latacunga, corazón geográfico de la Patria”, y de su historia elemento fundamental, con todos los pueblos de la Provincia, de los cuales es el mayor, bajo la Bandera de un Ecuador libre y soberano, marchó hacía adelante, buscando con paso firme los caminos que conducen a la superación, y que no son otros que los del diario bregar, aquellos del trabajo honrado y afanoso, en un ambiente de concordia y de paz.
Una evaluación de resultados al término de dos centurias de vida independiente, si así se la pudiera considerar desde los primeros momentos, nos llevaría ciertamente a conclusiones halagadoras, frente a las cuales, desde luego, no sería difícil descubrir aquello que fue imposible realizar, o que se dejó de hacer para que camináramos a ritmo con el tiempo.
Por esto al celebrar los 205 años de independencia, es nuestro deber formular una promesa, la promesa de seguir en pos de mejores metas, comprometiendo para esto todos los recursos materiales disponibles, y, lo que es más, el acervo de las virtudes que cultiva nuestro pueblo.
Unidos en la experiencia del pasado y del presente, planifiquemos el desarrollo del futuro, y vayamos resueltamente a su conquista, con la fuerza de nuestra propia vitalidad, y el apoyo estatal, sin el cual, poco se podrá lograr.
![]()
