La semana pasada en este espacio, abordé un tema sobre el uso de celular en los colegios, analizando la importancia del tema y verificando datos que han sido demostrados en otros países, que determinaban que es mejor que los chicos dejen los fonos en sus casas, por varias razones ahí enumeradas.
El mismo día que ha sido publicado el editorial, mi gran amigo César, con quien estábamos conversando de varios temas que tenemos entre manos, me ha comentado que le ha parecido interesante lo que había escrito y que me recomendaba ver una película en Netflix, él como cineasta anda siempre pendiente de las películas bien realizadas y que llevan un mensaje, además me recomendó que era una película para la familia, y como siempre me ha recomendado excelentes películas, dije hay que verla.
Es así que llegó el día sábado y nos sentamos a ver la película: “No puedo vivir sin ti”, que relata la historia de una familia de clase media, conformada por un argentino y una española que viven en España, y en la cual el esposo, tiene una carrera importante en una gran empresa y que maneja sus cuentas y su trabajo a través de su móvil.
Este padre de familia es adicto al teléfono celular, no puede vivir sin el aparato, siente que cuando se le acaba la batería es como que se le acabara el oxígeno, y prefiere comprar el nuevo modelo del teléfono a que se lo reparen el antiguo, y por hacer eso pierde la oportunidad de despedirse de sus hijos, que se van a estudiar en Italia. En ese proceso el protagonista tiene una conversación son su jefe quien le dice que el día sábado tiene una junta directiva y que espera que esté pendiente de una llamada que le puedan hacer para comentar sobre una oferta, además es la posibilidad de que sea nombrado como socio de la compañía, solo que lamentablemente, ese mismo día es el cumpleaños de la hermana de su esposa, y debía llevar los anillos de compromiso, pero cuando los novios estaban ya en el altar y necesitaban los anillos, el personaje estaba hablando por teléfono, y su esposa enojada le quita el mismo y lo lanza a una laguna a lo que en sus desesperación, este se avienta al agua para recuperar el móvil.
Luego de esto su esposa lo abandona y e gráfica que desde michos tiempo él le da más atención a la pantallita que a su familia, él para tratar de recuperar su relación se somete a una terapia grupal para adictos al teléfono, en donde conoce a otros personajes singulares y vive varias aventuras, logrando en parte superar su vicio.
Trata de reconquistar a su esposa, justo el fin de semana que llegarán los chicos y se propone convencerla dejando de lado su teléfono, pero ese día otra vez tiene la oportunidad de presentar una información la junta directiva y ganar su lugar de socio, lo cual hace que en su casa pierda una nueva oportunidad con su familia y le lleguen los documentos del divorcio.
El protagonista logra ser socio de la firma, pero se ha quedado sin familia, y entiende que es un costo demasiado alto para pagar, y se deja vencer entendiendo que ya no tiene oportunidad de salvar su familia, y en ese momento se da el clímax de la película, cuando la terapeuta conversa que solo para la muerte no hay solución y ella un día mientras manejaba atendió un mensaje que hizo que tenga un accidente y falleció su pareja, con lo que anima a que se juegue una nueva oportunidad. Y no les cuento el final para que la vean.
En todo caso el mensaje me ha parecido tan adecuado al momento, y me ha hecho reflexionar sobre la importancia que le damos a la pantallita y dejamos de lado lo realmente importante, al haber visto en familia también se han emitido las críticas entre todos sobre el tiempo dedicado al fono, lo que nos ha pensar que debemos cambiar varios aspectos de nuestra relación con el celular y dar más atención a lo realmente importante.
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