CAMBIO CLIMÁTICO

El Ecuador está pasando una grave crisis por falta de lluvias en todo el territorio. Las consecuencias de este fenómeno climático se advierten en la afectación a los cultivos, la crianza de animales, la generación de energía eléctrica, la sanidad ambiental e inclusive al ser humano y las especies vivas de toda clase. No se trata de un problema limitado a nuestro país, sino un problema global que se identifica como cambio climático. Su origen se remonta a la revolución industrial, que incorporó métodos de producción en serie y materias primas e insumos contaminantes. Los hábitos de vida del último siglo han generado profundas alteraciones en el globo terrestre, que estamos padeciendo ahora.

Debemos entonces, empezar comprendiendo la magnitud del problema. Es un tema global y de largo plazo. Para luego aterrizar en lo que pasa en nuestro vecindario. Los huracanes, tsunamis, tornados, tormentas, sequías, deslaves, maremotos, correntadas y más, son meras manifestaciones del efecto del cambio climático. El efecto invernadero, genera una elevación de la temperatura del planeta, que está encapsulado por la atmósfera. Es decir, todo lo que ponemos al aire, no tiene forma de salir del planeta Tierra, cuya temperatura promedio subió medio grado centígrado en el último año.

Por lo cual, lo menos que podemos hacer es actuar en todos los campos que sea posible, para detener el deterioro de nuestra casa y comprender las consecuencias que llegarán a nuestro entorno, y tomar las medidas adecuadas para palear sus consecuencias. Todos estos esfuerzos deben ser comunitarios, pues la acción individual no podrá lograr ningún efecto importante. Un primer paso vital debe ser EDUCAR a toda la población, empezando desde los niños, que son altamente sensibles a estos problemas, hasta los adultos mayores.

Los ecuatorianos hemos palpado la ausencia de lluvias en la serranía y amazonia, por la falta de energía eléctrica, mayoritariamente de origen hidroeléctrico y es muy probable que esta crisis se alargue hasta que se normalice el período invernal a inicios del año entrante. Esta carencia causará pérdidas cuantiosas en todos los sectores. No es posible reemplazar la falta de energía a corto plazo, pues repotenciar las plantas existentes o construir nuevas centrales, tomará mucho tiempo. El Gobierno, siendo responsable por ser el titular del monopolio del sector considerado estratégico, debe declarar todo el sistema en emergencia y plantear la reforma de la Constitución para terminar con el absurdo monopolio, abriendo el sector a la inversión privada.

Otra consecuencia se aprecia en el sector agrícola y ganadero. La falta de lluvias ha destruido cultivos, perjudicando a los esforzados agricultores que han dedicado su vida al cultivo de la tierra, sin ver el reloj ni el día del calendario, para sacrificarse de sol a sol. Es muy triste ver que el fruto de su esfuerzo se pierde en una madrugada de helada, o se muere de a poco por la falta de riego. Los animales se desesperan por la falta de pasto, la poca leche que dan se reduce a casi nada, mientras las necesidades de sobrevivencia siguen e inclusive aumentan. Mientras el sector público lanza sendos discursos demagógicos, alejados de la realidad que clama por soluciones.

¡Cabe entonces, tomar decisiones, sin demora! Algunas serán de corto plazo, como de mediano y largo plazo. Las primeras serán meros paliativos, mientras las grandes soluciones podrían mitigar el efecto, a largo plazo. Las autoridades deben abrir la mente y pensar soluciones como el PROYECTO MULTIPROPÓSITO CHALUPAS, que está durmiendo el sueño de los justos desde hace una década. Toda la provincia debe avalar este proyecto, reclamando con altura, pero con firmeza su ejecución.

¡CHALUPAS AHORA!

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