La Policía Nacional del distrito Salcedo atendió una alerta emitida por el ECU 911 de la zona 3, luego de que residentes del sector de Lampatachasqui, en la parroquia Panzaleo, reportaran el hallazgo de restos humanos junto a un botadero de basura, la policía, bajo la dirección del jefe distrital Cristian Garzón, acudió al lugar tras recibir informes de la comunidad que observó la presencia de animales en los alrededores, lo que despertó sospechas.
La escena era inquietante, restos humanos dispersos en el lugar, entre ellos, extremidades inferiores, una extremidad superior y un cráneo, al llegar, las unidades de patrullaje confirmaron la situación y procedieron a coordinar el levantamiento de los restos en colaboración con la Fiscalía y otras unidades especializadas, los restos fueron trasladados a la morgue de Latacunga, donde se esperaba que se remitan a Quito para análisis antropológicos y pruebas de ADN, según los reportes iniciales, el cuerpo vestía en la parte inferior un pantalón gris de calentador y una camiseta roja.
“La colaboración ciudadana es esencial en situaciones como esta”, expresó el jefe distrital Garzón, quien instó a la comunidad a reportar cualquier hallazgo similar al ECU 911, “la intervención temprana y las investigaciones especializadas son clave para esclarecer estos hechos”, agregó.
Este descubrimiento despierta preocupación entre la comunidad, especialmente porque en las últimas semanas ha habido reportes de desapariciones y violencia que mantienen en alerta a los habitantes de Tungurahua y Cotopaxi, entre los casos recientes, destaca la desaparición y muerte de Enrique Arcos Sevilla, un sacerdote con 26 años de trayectoria en la iglesia católica, cuyo cuerpo fue el que hallaron en la parroquia Panzaleo, en Salcedo.
El caso de Arcos ha conmocionado a la comunidad católica de Ambato y sus alrededores, desaparecido el pasado 30 de octubre, el sacerdote fue hallado sin vida el 3 de noviembre en Panzaleo, con signos de violencia y las manos atadas, Arcos era una figura apreciada en la sociedad de Tungurahua, donde había dedicado su vida al servicio pastoral, su familia, amigos y la iglesia católica han expresado su profunda tristeza y consternación ante el violento desenlace.
La investigación de su desaparición reveló circunstancias preocupantes, un día antes de su desaparición, la casa donde vivía con su madre en Ambato fue robada, lo cual despertó las primeras señales de alarma, el sacerdote había sido visto por última vez en la ciudadela Cristóbal Colón de Ambato, en la avenida Los Shyris, cerca del Colegio Bolívar, según la denuncia presentada, desde entonces familiares y amigos iniciaron una búsqueda exhaustiva, temiendo por su vida y seguridad, especialmente al ver que Arcos no respondía llamadas.
El hallazgo de su cuerpo ha levantado preguntas en la comunidad sobre los motivos detrás de su desaparición y muerte, la Fiscalía informó que el cuerpo presentaba signos evidentes de violencia, lo que apunta a una muerte intencional, aún no se ha localizado el vehículo en el que se desplazaba, un KIA rojo con placas TBK-4069, lo cual es considerado una pieza clave en la investigación.