La magia de los belenes en Salcedo

La magia de los belenes en Salcedo

En el corazón de Salcedo, la Navidad no es solo una época del año, sino un arte vivo. Myrian Jara, reconocida belenista, ha dedicado su vida a preservar y compartir la tradición de los pesebres navideños. En su casa, conocida como la Quinta Los Helechos, más de 2000 figuras y 35 belenes provenientes de diversos rincones del mundo cuentan historias de fe, creatividad y amor.

La pasión de Jara por los belenes nació en su niñez, cuando su madre, con recursos limitados, armaba humildes pesebres que incluían un Niño Jesús heredado de generaciones anteriores. “Desde pequeña, más que el árbol de Navidad, me acostumbré a hacer los belenes”, comparte Jara. Hoy, décadas después, esa pasión ha crecido hasta convertir su hogar en un museo improvisado, visitado por familiares, amigos y la comunidad en general.

Los belenes que llenan cada rincón de la casa incluyen piezas de oro, plata, cristal y barro, muchas de ellas elaboradas a mano. Jara relata cómo ha recibido nacimientos de amigos y familiares, algunos de los cuales han llegado desde Europa. “Cada Navidad me regalan un nacimiento o un adorno, y poco a poco esto se convirtió en un museo”, explica.

La mayor parte de los materiales utilizados provienen del reciclaje. Jara transforma espuma flex, cartón, madera e incluso piezas desechadas de electrodomésticos en escenarios navideños únicos. “Los volcanes que ven aquí están hechos con las bases de las lavadoras que me regalan en los almacenes de Salcedo”, detalla, mostrando cómo combina creatividad y sostenibilidad.

El arte de los belenes no solo es una tradición, sino un proyecto familiar. Jara trabaja junto a sus hermanas Dorita y Elsa, quienes elaboran figuras de porcelana fría. Este material, conocido como porcelanicrón, permite crear detalles finos que enriquecen cada escena.

La Quinta Los Helechos está abierta al público durante todo el año, aunque el flujo de visitantes se intensifica en la temporada navideña. Niños, jóvenes y adultos llegan a admirar la colección, tocar las figuras y dejarse envolver por el espíritu festivo. “Aunque a veces las figuras se rompen, no puedo limitar a los niños. Su alegría es lo más importante”, dice Jara con una sonrisa.

Entre las piezas más emblemáticas de su colección se encuentra un nacimiento de barro con más de 60 figuras, elaborado hace más de 40 años en Pujilí. “Fue un regalo especial de un amigo, Antoñito Segovia. Aunque algunas piezas se han roto con los años, siempre las reponemos con ayuda de la familia y los amigos”, menciona.

Para Myrian Jara, ser belenista es mucho más que un pasatiempo; es un arte que combina diseño, construcción y expresión creativa. Inspirada por las técnicas que aprendió de un padre franciscano hace 30 años y las propuestas que recibe como miembro de la Sociedad Belenista de Álava, España, Jara sigue innovando cada año.

“Esto es como ser arquitecto”, reflexiona. “Ves el tamaño de las figuras y decides cómo construir el palacio, la cueva o el edificio. Pero también es reciclar, dar vida a lo que otros desechan”. Su mensaje para las nuevas generaciones es claro: “Decorar y crear no necesita ser costoso. El reciclaje artístico es una forma de cuidar el medio ambiente mientras expresamos nuestra creatividad”.

Entre sus anhelos está que su colección se convierta algún día en un museo permanente para el municipio. “Me encantaría que antes de mis días haya un museo en Salcedo donde la gente pueda disfrutar y aprender de todo esto”, confiesa.

Mientras ese sueño se concreta, Myrian Jara sigue abriendo las puertas de su casa, compartiendo su pasión y mostrando cómo la Navidad puede ser un arte que trasciende generaciones. Los belenes de Los Helechos no solo cuentan la historia del nacimiento de Cristo, sino también la de una mujer que ha hecho de la tradición su vida y de su creatividad, un legado para Salcedo.

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