La hospitalidad es una virtud, es una manifestación de ofrecer buena acogida y recibimiento a los extranjeros o visitantes.
Históricamente existen documentos que nos demuestran que familias de diversos países del mundo, desde Europa, Asia y América se han asentado en nuestra ciudad y han aportado a la historia social, política, económica, educativa, cultural, jurídica, médica y más, en una ciudad que les abrió las puertas.
El historiador, genealogista y pintor Paúl García señala que, “son solamente unos cuantos ejemplos, pues hay muchas más familias que se asentaron en Latacunga.
De Francia llegó la familia Zarrade; Lana, Lane o Lanas; la familia Pástor; Sandoval Pástor o Montalvo Pástor. De Italia provienen varias familias, las más conocidas son los Bartelotti, Cassola, Custode, Rampany.
De Palestina llegaron varias familias, muchas conocidas Simon, Abedrabo, Yarad, Sansur, Amador. De Siria, Baduy y Saba. De Líbano los Maklub. De Venezuela desde tiempos de la Independencia vienen los Sulbarán, Irrazabal, Vivero, Iturralde. Se ha explicado que la familia Karolys podría ser originaria de Grecia; además de los Capelo, Capelo Torrescano, García Capelo, García Cajiao, García lanas. De Rusia legaron los Platanof. Alemania es tierra natal de los Meythaler y Gross; de Colombia provienen los Cajiao, Rengifo, Estupiñán. De Dinamarca los Rasmusen, los Fasler y muchos, muchos más”.
En esta ocasión nos vamos a referir a tres extranjeros que llegaron a nuestra ciudad hace más de cuatro décadas, se afincaron en esta tierra y aquí hicieron su vida en diferentes campos aportando con la que ahora es su ciudad.
Niels Rasmusen
Niels Rasmusen, llegó de Dinamarca en la década de los 60 del siglo anterior, es un hombre muy conocido por su disciplina y su trabajo abnegado, además cumple algunas tareas en la comunidad, habiendo sido elegido merecidamente en más de tres ocasiones como presidente del Cotopaxi Tenis Club, por más de 40 años fue el proveedor de dulces, panes y demás a los grandes supermercados La Favorita, hasta la actualidad tiene su negocio en el sector de La Laguna denominado Danecu, que abrió sus puertas hace 49 años, en 1976. Su esposa es Susana Crespo Barriga. Sus tres hijas Salvei, Kirsten y Maybritt son latacungueñas.
A los 25 años realizó el servicio militar y se propuso hacer una nueva vida, a Ecuador llegó por unos amigos en 1969, hasta Santa Rosa en Pastocalle porque le gustó la naturaleza, el paisaje, la pesca.
Consultado Niels sobre que es lo que más le gusta en Latacunga, dice que su naturaleza, la cultura, el respeto de la gente, las amistades, los valores humanos.
Lo que siempre le ha impresionado son sus hombres y mujeres intelectuales, la cultura, las conversaciones sobre los más diversos temas. Lamentablemente en la actualidad ya no existe ese ambiente lleno de conocimientos, leyendas, tradiciones y por sobre todo un encuentro con la cultura.
Le preguntamos ¿Qué le falta a Latacunga? y de inmediato nos contestó latacungueños; una respuesta sincera, franca y verdadera, que nos demuestra lo que está pasando en esta tierra que por historia ha tenido grandes valores humano que ahora no aparecen muy frecuentemente; la migración interna le ha afectado mucho a la ciudad, la sociedad ha sido afectada, muchos cambios no han sido positivos
Ahora que conoce la ciudad y su gente señala que Latacunga merece otras posibilidades de desarrollo, hay que cambiar muchas cosas, desde algunas autoridades, deben retomar una sociedad de valores; reitera que la migración interna nos ha afectado para un desarrollo armónico. La amistad ha sido un factor muy importante de los latacungueños, sin embargo, van quedado pocos conocidos y muy pocas amistades.
Niels se siente feliz en esta ciudad que es la suya, porque aquí construyó su familia e hizo realidad sus propósitos y objetivos.
Juan Carlos Cuadra
Desde 1981 está en nuestra ciudad Juan Carlos Cuadra Rojas, chileno, nacido en Santiago, en el barrio Yuigai; se ha destacado en las actividades culturales, especialmente en el teatro, cine y la televisión, siendo reconocido nacionalmente en el ámbito de estas actividades. Su llegada a Latacunga se produjo por invitación de algunos amigos, para trabajar en ventas y llegó al hotel Estambul. Le impresionaron sus calles, su arquitectura, el Centro Histórico. Consultado sobre qué le gustó de la ciudad, responde que la tranquilidad, lo apacible, la calle peatonal de la Padre Salcedo. Le agradó su tranquilidad, emocionante para vivir. Le preguntamos ¿qué le falta a Latacunga? señala que lo artístico, difundir más el arte y la cultura en la niñez y juventud que debe desarrollarse en las escuelas y colegios.
Ahora que conoce la ciudad puede señalar que es globalizada, moderna, mucho ha cambiado, se ve el modernismo, hay una importante transformación.
Juan Carlos hacía teatro desde el colegio, en su vida estudiantil, con sus profesores montaron la obra “El último grumete de baquedano”. En el 72 un anuncio en El Mercurio llamaba a los jóvenes a integrar el grupo de teatro del Ministerio de Educación en la Escuela de artes escénicas y música. En 1976 integró la Academia de Arte Dramático del Teatro La Moneda.
Llega al Ecuador en 1986 y en la Casa de la Cultura núcleo de Cotopaxi, realiza el primer taller de arte dramático.
Ha actuado en varias series de televisión, en teatro y cine, Juan Carlos tiene una gran trayectoria actoral, tiene actuaciones en cine, televisión y publicidad de televisión en más de cincuenta oportunidades. Ha impartido talleres y cursos de teatro, cine y televisión en cerca de 40 oportunidades en Latacunga, Quito y otras ciudades, habiendo formado a varios actores que actualmente intervienen en diversas obras con mucho éxito. Además, tiene participación en actuación y dirección teatral en más de cincuenta oportunidades, lo que nos demuestra su entrega permanente a una actividad que lo lleva en la sangre y su espíritu toda la vida.
Juan Carlos Cuadra está casado con Alba Flor Jama, tienen 3 hijos; María de los Ángeles, guayaquileña; Olga de las Mercedes, quiteña y Viviana Melisa, latacungueña. Es un ser humano reconocido en la ciudad en muchos ambientes de la cultura y la formación de nuevos valores.
Juan Rocha
Juan “Piter” Rocha, llegó a Latacunga hace cerca de 45 años en 1981 en el mes de febrero, trabajó primero en el almacén Singer de uno de sus parientes, los fines de semana se dedicaba a pintar casas, lo primero que pintó fue un aula de la escuela La Salle, luego las oficinas de la empresa Espíndola-Medina que estaba en la Curia. La Brigada Patria, lo Molinos Poultier y otros lugares, era pintor de “brocha gorda” y lo hacía con mucha responsabilidad y entusiasmo.
En 1993, hace 32 años, abrió el hotel Rodelu, que son las iniciales de República Oriental del Uruguay, lugar de encuentro de ecuatorianos y extranjeros, atendidos con profesionalismo, amabilidad y mucho afecto.
¿En qué circunstancias llegó a Latacunga? Le preguntamos a Piter, en épocas de dictadura no es fácil la cosa, la opción era migrar y lo hicimos con mi esposa a Buenos Aires, por una invitación de mis cuñados que vivían en esta ciudad, en febrero de 1981 llegamos a esta tierra con la idea de trabajar y seguir a Canadá o Australia, pero llegamos a tierra fértil y aquí se agranda la familia con la llegada de Magdalena, Martín y Javier, todos latacungueños y Miguel que ya venía con nosotros, pudimos formar la familia Rocha-Monzón. Está casado con Mayerrling Monzón, la “patrona”.
Al consultarle lo que más le impresionó de esta ciudad, nos dice que llegar a Latacunga y tener la posibilidad de crecer me impactó, por supuesto que no fue fácil, trabajé un tiempo de vendedor y comencé pintando los fines de semana y luego me dediqué a la pintura con el apoyo de profesionales de la ciudad y clientes que fui haciendo, formé mi grupo de trabajo y mi empresa y más impresionado quedaba, no tenía clientes, tenía amigos.
Consultado sobre, que es lo que más le gusto de Latacunga, explica que llegar a una provincia tan rica en paisajes, una provincia que en cada cantón esconde una gastronomía autóctona con productos únicos, es para impactar a cualquiera y casualmente todo eso es lo que debemos buscar para mostrar al mundo, es lo que más nos ha gustado.
¿Qué le falta a Latacunga? Nos falta muchas cosas en Latacunga, una muy importante es la falta de sentido de pertenencia, comenzando por las autoridades, que todo se debe hacer con sentido común, dedicación profesionalismo y con cariño a esta tierra, debemos ser más comprometidos en cuidar la ciudad, especialmente en el crecimiento y desarrollo.
Cuando le consultamos si conoce la ciudad y su gente, nos refiere que cambia todo cambia, indudablemente en estos 44 años las cosas han cambiado, antes conocíamos hasta los carros y sus propietarios, hoy andamos por la ciudad y no conocemos a nadie; por suerte todavía con algunos nos encontramos y tratamos de atesorar esos momentos compartidos con la amistad, la alegría, a veces la picardía y el cariño que se demuestra en el apretón de mano o en u abrazo.
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Son las versiones de personas que vinieron de lejos, se asentaron en nuestra ciudad y han recibido el afecto y cariño de su gente y han aportado significativamente a su progreso y desarrollo y están dispuestos con mucha satisfacción a colaborar con esta ciudad y su gente en una demostración más de que Latacunga es ciudad hospitalaria para el mundo.
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