El barrio Censo en Anchiliví, se encuentra inmerso en los preparativos para la celebración de la fiesta del Príncipe San Miguel 2025, una de las festividades religiosas más importantes de la región. Rafael Jiménez, presidente del barrio y prioste de la festividad, ha tomado las riendas de la organización, reafirmando el compromiso del barrio con la devoción y el respeto hacia su patrono, San Miguel Arcángel, durante una reunión reciente con el párroco del cantón, Giorgio Peroni, Jiménez expresó el orgullo de ser parte de esta celebración y aseguró que la comunidad colaborará activamente en cada aspecto de los festejos.
“Somos católicos de toda la vida, nacimos y crecimos aquí, estamos dispuestos con el corazón ardiente a honrar a nuestro patrono San Miguel”, afirmó Jiménez; la devoción hacia el Príncipe San Miguel es palpable en el barrio Censo, donde sus habitantes se santiguan al pasar por la iglesia y reconocen la protección del arcángel sobre sus vidas cotidianas, este fervor religioso se traduce en un compromiso profundo con la organización de la festividad, que reúne a la comunidad en torno a su fe y tradiciones.
El sacerdote Giorgio Peroni, oriundo de Italia y párroco de Salcedo, agradeció el esfuerzo de la comunidad de Censo Anchiliví por mantener viva una tradición que considera de las más auténticas de la provincia. “El Príncipe San Miguel es muy querido en toda nuestra parroquia, y esta fiesta es un reflejo de nuestra devoción. Aquí, la centralidad religiosa de la festividad aún se conserva, a diferencia de otras fiestas de Cotopaxi, que han perdido su carácter espiritual al inclinarse más hacia lo folclórico”, señaló Peroni durante su intervención.
La fiesta del Príncipe San Miguel, según el párroco, se destaca entre las festividades de la provincia por su enfoque profundamente religioso, hizo un llamado a los priostes a no perder de vista este aspecto central y a evitar que las celebraciones se desvíen hacia lo meramente festivo o cultural, “es importante recordar que la fe es el fundamento de todas estas celebraciones. Si bien el folclore es parte de nuestra identidad, no debe reemplazar el sentido espiritual que nos une como comunidad”, agregó.
Para los moradores del barrio Censo Anchiliví, la fiesta del Príncipe San Miguel representa más que un evento anual; es una oportunidad para fortalecer los lazos comunitarios y reafirmar su identidad católica; Marco Gavilánez, morador del barrio, compartió su entusiasmo por participar en la organización de la festividad, “nos llena de orgullo haber sido seleccionados para este priostasgo, es la primera vez que se nos toma en cuenta como barrio, y estamos decididos a hacer de esta una fiesta memorable, no solo como salcedenses, sino también como devotos”, expresó con gratitud.
Rodrigo Quispe, otro de los habitantes del barrio, también manifestó su compromiso con la celebración, “queremos que San Miguel nos guíe y nos dé el don de la sabiduría para salir adelante y unir a nuestro querido barrio, esta es una oportunidad para reforzar nuestra fe y ser mejores católicos”, afirmó, quien resaltó la importancia de que la festividad sirva para fortalecer los valores espirituales de la comunidad.
A lo largo de las reuniones preparatorias, la comunidad ha reiterado su disposición para colaborar en todos los aspectos logísticos y organizativos, desde la decoración de la iglesia hasta la preparación de las procesiones, cada detalle será cuidadosamente planificado para asegurar que la celebración sea digna de su patrono, se planea integrar a todas las generaciones en los preparativos, fomentando la participación de jóvenes y adultos por igual.
Durante su discurso, el párroco Peroni insistió en que la festividad debe mantenerse fiel a sus raíces religiosas, recordó que muchas de las fiestas de la provincia, como las de Pujilí o Latacunga, han perdido en parte su sentido espiritual original, “aunque algunas festividades dicen estar dedicadas a la Virgen o a la Eucaristía, en realidad se han convertido en eventos más centrados en lo folclórico, en cambio, seguimos manteniendo el sentido profundo de nuestra fe, y es importante que esto continúe así”, reflexionó el sacerdote.
Peroni también subrayó la importancia de la imagen del santo, señalando que aunque la devoción se dirige al ser espiritual que representa, la imagen tiene un valor simbólico que no debe ser subestimado, “la imagen es como una fotografía, nos ayuda a recordar, a conectar con lo sagrado, es un símbolo que nos permite profundizar nuestra fe”, explicó.