La crisis de electricidad en Ecuador comenzó oficialmente el 26 de octubre de 2023 cuando el entonces ministro de Energía y Minas, perteneciente al gobierno de Guillermo Lasso, anunció que se empezaría a aplicar los primero racionamientos de energía con el objetivo de evitar una sobresaturación que lleve a un colapso total del sistema eléctrico del país.
La principal causa de esta situación es la severa sequía que afecta las reservas de agua de los embalses hidroeléctricos responsables del 72 % de la generación eléctrica nacional. La central hidroeléctrica de Mazar, una de las más importantes, ha visto drásticamente reducidos sus niveles de agua, lo que ha forzado al gobierno a implementar racionamientos programados de energía, con cortes de hasta 14 horas en diversas provincias del país.
Los apagones han impactado todos los sectores, desde la industria hasta la vida cotidiana de los ecuatorianos. Las autoridades han anunciado medidas como la modificación de horarios laborales y la implementación de teletrabajo en instituciones públicas para mitigar los efectos de los cortes.
Además, el gobierno busca contratar más suministro eléctrico en un intento de aliviar la crisis, considerada una de las peores en seis décadas, la cual también refleja la vulnerabilidad del país ante el cambio climático y su dependencia de la energía hidroeléctrica.
El presidente de la República, Daniel Noboa, anunció que se invertirá presupuesto del Estado para potenciar la generación de energía eólica, solar, nuclear, termoeléctrica y la referente a gas natural, de esta manera mantener un equilibrio y evitar mayores percances.
No obstante, aún se depende de la situación climática y de la cantidad de lluvia que se pueda presentar, sobre todo, en los lugares donde se encuentran centrales hidroeléctricas y los caudales que alimentan los embalses.