Desde las primeras horas del día, cientos de jóvenes se dieron cita en la Brigada de Fuerzas Especiales Nº 9 Patria, en Latacunga, para presentar sus carpetas y participar en el proceso de selección de las Fuerzas Armadas del Ecuador. El sueño de servir a la patria y ser parte del Ejército impulsó a hombres y mujeres de distintas provincias del país a acudir a este llamado, que marca el inicio de un largo proceso lleno de retos y disciplina.
El personal militar estuvo presente desde las 07:00, organizando el ingreso de los aspirantes en grupos, revisando la documentación requerida y realizando las primeras evaluaciones de control médico. Cada detalle fue supervisado cuidadosamente para asegurar que se cumplieran los requisitos establecidos.
Los postulantes llegaron con carpetas en mano, llevando consigo la esperanza de ser aceptados en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro o en la Escuela de Formación de Soldados, instituciones clave para la formación de oficiales y soldados del Ejército. La revisión de la documentación fue rigurosa, verificando aspectos como la estatura, peso y la ausencia de tatuajes visibles, entre otros criterios indispensables para continuar en el proceso.
Miguel Alexander Caza Tapia, joven aspirante de Salcedo, fue el primero en entregar su carpeta. “Siempre soñé con servir a mi país. Mi papá es militar retirado, y él fue mi mayor inspiración para estar aquí”, comentó mientras esperaba su turno.
El segundo aspirante en la fila fue Christopher Chasiluisa, de la ciudad de Pujilí. Con una mirada firme y segura, expresó su motivación de ingresar a las Fuerzas Armadas: “Quiero servir a mi patria y demostrarme a mí mismo que puedo superar este gran reto. Me he preparado física y mentalmente para este momento”.
Lenin Curichona, proveniente de la parroquia Mulaló, fue el tercer joven en entregar su carpeta. “Me encanta la disciplina y el trabajo en equipo que caracteriza a los militares. Desde pequeño soñaba con vestir el uniforme y servir a la nación”, afirmó.
Por su parte, Damaris Lagla, de la ciudad de Latacunga, destacó entre las pocas mujeres presentes en el proceso. “Mi papá y mi hermano están en el Ejército. Ellos me motivaron a perseguir este sueño, y quiero demostrar que las mujeres también podemos llegar lejos”, afirmó con orgullo. Damaris hizo un llamado a otras jóvenes a no rendirse y a luchar por lo que desean, sin importar las dificultades o los prejuicios.
El proceso de selección continuará hasta el 15 de febrero, según explicó el Mayor Héctor Tapia, jefe de Comunicación Social de la Brigada de Fuerzas Especiales Nº 9 Patria. “Estamos receptando las carpetas de los aspirantes hasta esa fecha. Posteriormente, quienes cumplan con todos los requisitos pasarán a la siguiente fase, que incluye un riguroso control médico”, detalló.
El Mayor Tapia también destacó que, este año, el proceso de selección está abierto a bachilleres técnicos, lo que amplía las oportunidades para más jóvenes interesados en formar parte del Ejército. Además, recordó a los postulantes que no es necesario formar largas filas desde muy temprano, ya que el personal militar atenderá hasta el último día en horario de 07:00 a 17:00, incluyendo el último fin de semana antes del cierre del proceso.
Para muchos de los aspirantes, esta es la culminación de meses o incluso años de preparación física y académica. La posibilidad de ingresar a las Fuerzas Armadas representa un proyecto de vida que va más allá de un simple empleo: es una oportunidad para servir al país con honor, disciplina y compromiso.
Mientras avanzaba la jornada, la emoción y el nerviosismo eran evidentes en los rostros de los jóvenes, que aguardaban pacientemente para entregar sus carpetas. Algunos eran acompañados por sus familiares, quienes, desde la distancia, los observaban con orgullo y esperanza.
El proceso de selección no solo evalúa la condición física de los aspirantes, sino también su capacidad de adaptarse a la vida militar. La disciplina, el trabajo en equipo y el compromiso con los valores institucionales son fundamentales para quienes logren ingresar a la Escuela Superior Militar o a la Escuela de Formación de Soldados.