La Unidad Educativa Alejandro Dávalos Calle, ubicada en la parte periférica del cantón Salcedo, celebró un logro histórico luego de que uno de sus estudiantes, Joel Arias, obtuviera la medalla de oro en un concurso internacional de razonamiento lógico matemático desarrollado en Tumbes, Perú.
La rectora de la institución, Nancy Fonseca, recordó que la primera participación de la escuela en este tipo de certámenes se dio el pasado 30 de mayo en Mala, Lima Perú, “donde más de 1.500 estudiantes de Ecuador, Perú y Bolivia se enfrentaron en una exigente competencia”, posteriormente, el 16 de junio, en un segundo concurso realizado en Tumbes, Joel Arias se destacó al alcanzar el primer lugar, marcando un precedente para la institución y para el cantón, “fue realmente maravilloso ver cómo uno de nuestros niños brilla, no solo a nivel nacional, sino también internacional, este triunfo refleja el esfuerzo de los docentes, la constancia de los estudiantes y el respaldo de los padres de familia”, expresó Fonseca con emoción.
La rectora subrayó que, pese a la falta de infraestructura adecuada y de materiales didácticos, los maestros han implementado estrategias lúdicas y prácticas innovadoras para hacer de las matemáticas un aprendizaje dinámico y motivador, sin embargo, el apoyo del Ministerio de Educación es limitado en las escuelitas periféricas, pese a que en estas instituciones fiscales existen muchos talentos que merecen ser impulsados.
Actualmente, siete estudiantes de la unidad educativa ya se encuentran participando en una nueva fase de un concurso nacional de matemáticas, de ellos 4 han clasificado, lo que reafirmaba el compromiso de la institución con la excelencia académica, “soñamos con un futuro donde nuestros niños tengan más oportunidades y recursos para demostrar de lo que son capaces”, concluyó Fonseca.
Con 12 años de edad, Joel Arias, alumno de octavo año de educación básica, ya ha mostrado un gran talento para las matemáticas, recuerda que comenzó en las matemáticas de una manera sencilla, “un día ingresé a YouTube y encontré un video con un problema matemático”, lejos de asustarse, lo disfrutó, “era difícil y divertido al mismo tiempo”, recordaba con una sonrisa.
Ese gusto por los números no surgió solo, el apoyo constante de sus padres y la motivación de sus maestros le permitieron descubrir que resolver operaciones podía ser tan entretenido como jugar. Para Joel, cada ejercicio es un reto, en sus ratos libres suele armar el cubo Rubik en pocos minutos. Aunque admite que explicar a otros cómo hacerlo puede ser un reto de paciencia, él disfruta compartir su conocimiento.
En junio pasado, esa pasión lo llevó a destacar en el concurso internacional de razonamiento lógico matemático en Tumbes, Perú, donde se alzó con la medalla de oro frente a cientos de competidores. Su logro llenó de orgullo a su familia y a la Unidad Educativa Alejandro Dávalos Calle, ubicada en el cantón Salcedo, “me siento muy feliz y orgulloso, esto es para mis padres”, expresó el pequeño campeón, convencido de que las matemáticas no deben verse como algo complicado. Con la espontaneidad de su edad, aconsejó a otros niños a ejercitarse en razonamiento desde tempranos grados, porque “no son tan difíciles como parecen”.
Cuando le preguntamos por sus sueños, Joel respondió sin dudar, “quiero ser matemático y abogado”, su historia no solo refleja un triunfo académico, sino la certeza de que la curiosidad, el esfuerzo y el juego pueden convertir el aprendizaje en una experiencia inolvidable.
Fernando Arias, padre de Joel, recordó que el talento de Joel se evidenció desde su participación en un concurso nacional en Latacunga, donde obtuvo el primer lugar frente a instituciones de gran prestigio. Esa victoria le abrió las puertas para representar al Ecuador en Perú, donde volvió a destacarse con resultados sobresalientes, “nos sentimos muy dichosos y llenos de felicidad de ver que nuestro hijo, siendo de una escuela fiscal, pudo obtener una medalla de oro frente a colegios particulares que alcanzaron plata y bronce”.
En tierras peruanas, Joel compitió con estudiantes de Guayaquil, Daule y otras ciudades del país, “él fue el único ecuatoriano que trajo a casa la presea dorada, demostrando disciplina, constancia y una gran pasión por las matemáticas”, su padre destacó que este logro no solo enalteció a su familia, sino también a su institución educativa, a la provincia de Cotopaxi y al Ecuador.
A pesar de sus éxitos, Joel sigue siendo un niño como cualquier otro, travieso, alegre y con gusto por el juego, sus padres le han sabido incentivar para que combine sus momentos de diversión con el estudio, mientras que el apoyo de su escuela y de su tutor de matemáticas, ha sido fundamental para que pierda el temor a esta materia y reforzar su confianza.
El docente de matemáticas en la unidad educativa es Paul Tipanluisa, el nos comenta que encontró en el juego una herramienta poderosa para enseñar y motivar a sus estudiantes. Convencido de que la infancia debe vivirse con alegría y movimiento, por ello buscó espacios donde los niños pudieran aprender mientras se divertían, “los estudiantes son hiperactivos y pierden fácilmente la concentración, pero cuando juegan aprenden sin darse cuenta”.
En sus clases, reemplazó la memorización y las evaluaciones tradicionales por dinámicas lúdicas que despiertan la curiosidad, entre los materiales que utiliza está el velocímetro de razonamiento abstracto, un juego en el que los alumnos arman figuras con cartas y gana quien lo hace más rápido. Otro de sus recursos es el medidor de IQ, un reto en el que los estudiantes deben ensamblar piezas que varían en dificultad del nivel uno hasta el 120. Para Tipanluisa, este tipo de herramientas permiten que cada niño avance según sus propias habilidades, potenciando sus capacidades sin presión.
Además de los juegos físicos, el docente lleva a sus alumnos al aula de computación, donde refuerzan su aprendizaje con plataformas digitales de entrenamiento, “allí, los niños juegan en línea sin notar que al mismo tiempo estaban desarrollando destrezas matemáticas, prácticamente pasamos jugando y ellos sin darse cuenta aprenden”.
Su propuesta no se quedó solo en el aula, con visión a futuro, Tipanluisa planteó la idea de organizar un concurso provincial en Cotopaxi, ya que actualmente no existe un certamen oficial que incluya a las escuelas fiscales de la zona. Su objetivo era abrir un espacio donde los estudiantes de distintas instituciones pudieran medir sus conocimientos de manera divertida, demostrando que las matemáticas también pueden ser un juego que une, motiva y transforma vidas.